Que el hombre… y la mujer son un «Ser social», es una obviedad. Como afirmaba Ortega y Gasset, el Ser humano no es una isla independiente, sino más bien al contrario, es un elemento más junto con sus propias circunstancias. Aunque el filósofo español quería referirse más bien a que todas las peculiaridades y circunstancias que rodean al fenómeno humano, también forman parte del propio Ser, esta afirmación puede perfectamente ampliarse a la enfermedad.
Y es que la enfermedad no es solo un conjunto de síntomas y signos y en un ser humano enfermo, va más allá, y sobre todo en algunas enfermedades trasciende la línea de la individualidad y pasa a causar más problemas desde la sociedad que por la propia enfermedad.
Esto que parece cada vez más evidente y reivindicado en algunas enfermedades, como puede ser las mentales, o las enfermedades raras…, en otras sigue percibiéndose aún como un problema más del individuo, que un trastorno de su organismo, como es en el caso de “los gordos”.
No tengo una intención ofensiva en llamarlos así, ¡Dios me libre…!, sino todo lo contrario, la de denunciar cómo todavía muchos viandantes ven al obeso. ¿Cuántos conocen y sobre todo asumen que realmente detrás de esta apariencia hay un enfermo real?
Los profesionales de la salud y la comuniciación tenemos la obligación de insistir en ello, y la sociedad el compromiso de asimilarlo. Sin duda, las vivencias de estos enfermos contribuirán a ello.
Así nos relata María Jesús un día de su vida en “el genio de addison”