Debemos abordar los estudios de salud desde una perspectiva holista, tratando de contemplar en macro, todos los aspectos fundamentales, no sólo de la salud, sino los condicionantes ambientales, políticos y económicos que afectan a la salud.
Referencia del artículo:
Global health in 2012: development to sustainability. The Lancet, Volume 379, Issue 9812, Page 193, 21 January 2012
Este es una interesante editorial de Lancet, que pone su interés en los aspectos sociológicos y políticos del enfermar y de la salud. En junio de este año se celebra una cumbre en Río de Janeiro, sobre los aspectos de sostenibilidad de la salud y sus implicaciones medioambientales, políticas y geoestratégicas. Desde los países occidentales, olvidamos con cierta frecuencia que más de medio mundo, sigue muriendo de hambre, las guerras asolan poblaciones enteras y las enfermedades infecciosas como el SIDA o la Tuberculosis siguen diezmando poblados enteros de la África subsahariana, Oriente Medio y Asia.
Mientras que las enfermedades no trasmisibles, como las enfermedadescardiovasculares, la obesidad, etc, son el azote de países ricos y prósperos, la realidad de los países del llamado tercer mundo, es otra muy distinta. Las políticas de alfabetización, de alimentación y los procesos de prevención brillan por su ausencia. Occidente sigue recluido felizmente en su mundo entre algodones, en su edén maravilloso, aunque nuestra muerte venga por sobredosis de alimentación y carencia de ejercicio. La morbi-mortalidad infantil es altísima en los países no occidentales. Las carencias más elementales, de alimentos, agua, saneamiento píblico, etc, hacen prácticamente inviable cualquier estrategia de cultura de la salud.
Parece que estamos hablando de dos mundos absolutamente irreconciliables, dos mundos que se rigen por parámetros distintos, dos realidades que requieren planteamientos socio-sanitarios muy diferentes.
Cuando uno habla de planteamientos de salud en países no desarrollados, parece que estamos hablando de ONG, de médicos sin fronteras, de fundaciones benéficas, etc. Por el contrario, no nos damos cuenta que en este mundo está todo interconectado. Creemos que el niño africano que fallece por desnutrición en África, no condiciona nuestras vidas, que sólo nos molesta ver las dantescas imágenes en el telediario, siempre a la hora de comer o de cenar. Impacta en nuestras retinas estas imágenes y despiertan nuestra mala conciencia de hombres “civilizados”, llenos de comodidades, ocio, diversión, etc. Pero no nos damos cuenta de que en esa sutil interrelación que los budistas llaman el INTER-SER, todo esta unido y lo que acontece a miles de Kms también nos afecta en nuestro país. Una vez más si los gobiernos no hacen nada por proteger el medio ambiente, por ayudar al desarrollo de millones de personas que se mueren en la mas absoluta indigencia, donde no llegan ni las medicinas ni las políticas de prevención y promoción de la salud, sólo seremos los individuos, a través de la movilización de nuestras conciencias, apoyándonos en nuestra coherencia como seres humanos, los que podemos facilitar que el mundo sea un mejor lugar donde vivir. El escritor Ruso Leo Tolstói aseguraba que para cambiar el mundo, primero tenemos que cambiar nosotros, ¿a qué esperamos?
Enlace: http://download.thelancet.com/pdfs/journals/lancet/PIIS0140673612600816.pdf