Ya sabemos que en nuestro paÃs, cuando los polÃticos no quieren avanzar de manera determinada en un área, nombran una comisión para el estudio del tema. De esa manera difieren la toma de decisiones, y por otro lado, delegan cualquier tipo de responsabilidad en el grupo de la comisión. Es un hecho de sobra conocido por los ciudadanos, pese al pretexto democrático del consenso.
Ahora el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española del Medicamento nos anuncian a bombo y platillo que existirá un Registro Nacional de Ensayos ClÃnicos. Esta idea es pertinente y necesaria y lo es aún más, si los ciudadanos pueden consultarlo. Lo comento fundamentalmente por aquellos ciudadanos aquejados de determinadas patologÃas, que quieran consultar cuáles son los últimos avances en el desarrollo de nuevos diagnósticos y tratamientos para sus dolencias. Creo que este tipo de registro, tendrÃa que tener esa doble naturaleza, el poder ser consultado por los profesionales y por el ciudadano.
No obstante, miedo me da cada vez que la Administración saca a colación el tema de que va a elaborar un registro, pues hasta ahora la experiencia demuestra que registro es sinónimo de disputa entre las CCAA, el consenso, la plataforma informática donde se vuelca, la protección de los datos, especificar quien registra y un largo etc. de pequeños y peculiares problemas que terminan por paralizar el proceso. Si quieren ejemplos, los hay muy variados: el registro de profesionales sanitarios, una larga idea acariciada más de 20 años, el registro de enfermedades raras, un proyecto de más de 10 años…
Yo me pregunto, ¿qué tendremos los españoles para ser tan anárquicos en nuestros planteamientos y acciones?, ¿será el gen de la españolidad?