Hace unos días en un medio de comunicación sanitario leía con cierto estupor la siguiente sentencia de un representante de los médicos de AP de nuestro país: “hay que vaciar los centros de salud de personas sanas y los hospitales de enfermos crónicos” (Redacción Médica, 23 de mayo 2012) Estas palabras las pronunciaba un medico de familia con más de veinticinco años de ejercicio en el ámbito y que representa los intereses de un colectivo muy amplio del sector, que pretende guiar el desarrollo de la Atención Primaria y buscar la excelencia de los profesionales del primer nivel asistencial. En un minuto pase del estupor a la indignación, dejando al margen a su vez sensaciones y emociones como la incredulidad, la vergüenza y, ante todo, la hilaridad, por el supino desconocimiento de alguien que pretende ser referente y “ líder”, de sus compañeros y que no comprende el sentido y naturaleza del sector y la profesión que desempeña. Porque sin ir más lejos, ¿acaso no vacunamos a las personas «sanas» para que no enfermen?, o quizá ¿es que debemos sacar dicha actividad de los Centros de Salud?, Todavía mas cuando estas afirmaciones se realizan delante de todos los representantes de la Administración Sanitaria del sector en las distintas CCAA. ¿Con qué argumento reivindicamos entonces desde AP la homogeneización de los diferentes calendarios de vacunación entre dichas regiones, o un año más en el Programa de la Especialidad de MFyC, o incluso la formación en estas competencias, incluso desde la Universidad?. Como mi pretensión no es descalificar a nadie, centraré este comentario en una reflexión acerca de las actividades preventivas en la consulta de Atención Primaria y la pertinencia de replantearnos si lo que hacemos en el primer nivel es correcto o no lo es.
Desde que los cimientos de la Atención Primaria (AP) se pusieron en la conferencia de Alma Atta y se redefinió la orientación biopsicosocial de la asistencia sanitaria, remodelando a su vez la forma de trabajo en equipos multidisciplinares con abordajes individuales, familiares y comunitarios, la «Prevención», siempre ha sido una herramienta fundamental, que por sí sola justifica la eficacia, eficiencia y efectividad de la AP. En pocas palabras, si la AP es interesante para los Estados, es porque los profesionales de la misma, realizamos tareas de prevención, promoción y educación para la salud; en un solo concepto: trabajamos la Cultura de la salud, para evitar que la población enferme.
Acontecen, a mi modo de ver, varios asuntos que interfieren en este proceso y que hacen variar el rumbo de la AP, llevándola a una situación PRE-reforma sanitaria del año 1986-1989, de tal suerte que muchos compañeros de cierta experiencia y solera piensen que “los médicos de familia estamos como en la época del consultorio de cupo, pero trabajando más horas”. Para los que no sepan a qué me refiero, esta situación es la que se daba en España antes de la implantación de la Ley General de Sanidad y el Real Decreto de Estructuras Básicas;, es decir, trabajo en solitario en una consulta durante dos horas, a demanda de la población, dando respuesta a los problemas de salud que nos solicitan en cada momento, sin planificación, ni abordajes estratégicos en áreas de salud como la prevención, la promoción, la investigación o la docencia. Nos sentábamos en la consulta y éramos capaces de “atender y ver” a cientos de pacientes con sus demandas diversas.
En la actualidad, la hipertrofia de la asistencia clínica se ha agudizado, debido al incremento del volumen de pacientes crónicos, de forma que el médico de familia sigue sentándose en la actualidad de 6 a 8 horas atendiendo los problemas físicos y de manera muy importante los psicosociales, sin hablar de las muchas trabas burocráticas que se derivan de todos ellos. Esta hipertrofia de la asistencia en detrimento de áreas que son el alma nuclear de la AP como son la Prevención, promoción, educación para la salud, atención comunitaria, investigación y docencia, hace que el propio nivel primario desvirtué su propia esencia.
Por último y por no extenderme más, otra de las contrariedades suscitadas con las actividades preventivas en AP, es la incorporación en la cartera de servicios de AP de un listado de actividades de prevención (PAPS), que la mayoría de las veces se traducen, por la falta de tiempo, en un sistema de registro de la propia acción; sin priorizarse y por supuesto sin ajustarse al paciente concreto que tenemos delante (más bien detrás de la pantalla del ordenador). Realizar actividades preventivas en la consulta o con la comunidad, no es hacer un registro, es, entre otras, trabajar los procesos psicológicos y sociales que condicionan los hábitos de salud, a través de herramientas pedagógicas, psicológicas y fundamentalmente sociales….y luego, registrarlas si nos da tiempo.
En fin, ojalá tuviéramos a muchos sanos en los centros de salud, significaría que realmente los registros marcados en la historia clínica informatizada han tenido su impacto en nuestra población, y aún así seguiríamos reivindicando un abordaje integral, serio y riguroso, con apoyo político, de los procesos de cultura de la salud. Porque la verdadera labor de los médicos de familia, no está sólo entre las paredes de su centro, tampoco está en realizar ecocardiografias para medir el grosor ventricular sólo, está también en el trabajo para la salud en el mismo tejido social; es decir en el domicilio del enfermo, en su medio laboral, en la escuela de sus hijos…, dejando sello, impronta para que en el futuro sus hábitos de vida sean más saludables.
En este momento voy a comenzar una clase a mis alumnos de la Universidad Europea de Madrid sobre “prevención del riego cardiovascular”, espero ser capaz de transmitirles con la mayor sencillez posible, lo que he querido decir con estas líneas, la gran importancia y trascendencia social y profesional de algunos que no hacemos trasplantes, ni salvamos vidas de manera heroica, pero por el contrario, creemos en la grandeza del individuo para el cambio y manejamos resortes psicosociales que la mayoría desconocen. Para facilitar el tiempo de trabajo en estos aspectos, les adelanto aquí la teoría de la clase.
Presentación: Prevención en Riesgo Cardiovascular