Este verano pasado ha caído en mis manos un libro fresco y vivificador, escrito con espontaneidad y humor, por un anciano profesor de filosofía americano, Daniel Klein, que decide, en el ocaso de su vida, darse un garbeo por las islas griegas, en busca del sol y la sabiduría helena.
Klein, gran conocedor del pensamiento occidental, se encuentra de frente con el carácter mediterráneo, sus gentes, sus tradiciones y, sobretodo su cultura ancestral, que lleva a estas gentes a una especie de sabiduría pragmática de la vida.
Siendo Daniel un hombre mayor, con los achaques de su edad y esperando en cualquier momento que la muerte lo encuentre, decide refugiarse de manera consciente en el sano hedonismo, en vivir la vida en cada momento como viene y sobretodo, en encontrar el vitalismo y la vitalidad en los pequeños placeres de la vida. Es por ello que este, según Daniel, “Mis viajes con Epicuro” es un libro que glosa y alaba el epicureismo, esa corriente de pensamiento griego, contrapuesto al estoicismo y que impelido hace miles de años en unos jardines de Atenas, por un personaje curioso llamado Epicúreo, nos enseña a vivir con un talante fresco y animoso.
A cada página me recuerda a Lao-Tse y su libro del TAO. Cuando lo terminé de leer me dije: “de mayor quiero ser como Daniel”… pues ¡ya va quedando menos para ello!.