Cultura de la salud: un nuevo concepto en una vieja perspectiva

Decía nuestro filósofo Ortega y Gasset que: “el hombre es él y sus circunstancias”, queriendo hacer referencia a que el ser humano no es un organismo vivo a la deriva en el cosmos, sin relaciones con lo que le rodea, y que su medioambiente, sus relaciones sociales y sus interrelaciones hacen que no sea un ente aislado, sino el producto de un tejido socio-ambiental. Esto es cierto, y se ha puesto de manifiesto desde las ciencias socio-sanitarias, cuando hemos evidenciado la gran importancia que en el equilibrio de la salud, y en el bienestar global, tienen aspectos tan importantes como la familia, el trabajo y la sociedad en general.

Otro gran filósofo del siglo XX, Kart Popper, afirmaba que en la realidad coexisten el mundo físico, que es un mundo donde lo que impera es lo material; un mundo psicológico, compuesto por los afectos, las sensaciones y el mundo emocional en definitiva; un mundo social, donde se producen las interacciones sociales; y un mundo cultural, donde se producen todos los materiales generados por la actividad intelectual del ser humano. Según Popper, del equilibrio de estos mundos se produce la armonía y el bienestar general. Esta idea conceptual tiene un sustrato real, al comprobarse que no podemos entender el ser humano en una sola dimensión, pues éste es un ser multidimensional, a la sazón, como un poliedro con múltiples caras. Los profesionales de la salud debemos buscar el bienestar global del ser humano, que se encuentra en el equilibrio del cuerpo, la mente, las relaciones familiares, el medio ambiente, y, por qué no, de la cultura.

La declaración de la OMS (Organización Mundial de la Salud) del año 1978, llamada “Declaración de Alma Ata”, definía la salud, no solo como la ausencia de enfermedad, sino como el bienestar físico, psíquico y social, tratando de oficializar cuál era el posicionamiento de la organización más importante del mundo en materia de salud. Solo a través de la armonización de todas las dimensiones del ser humano, a través de hábitos saludables en cuerpo, mente, espíritu, sociedad y medio ambiente, se puede alcanzar, no solo la salud y bienestar del individuo, sino la del planeta en su conjunto.

Un famoso médico del siglo XIX, llamado Virchow decía que “El ser humano es una pequeña célula en el planeta tierra, y la salud integrada de muchos millones de células, genera un planeta sano. Por otro lado, una célula cancerosa es capaz de reproducirse y producir un tumor que puede matar el planeta”. Por todo ello, desde el ámbito de la salud, hemos acuñado un concepto denominado “Cultura dela Salud”, que hace mención a la salud y el bienestar físico, mental, social y medioambiental. Este concepto ecológico de la vida humana, donde tan importante es la nutrición, el ejercicio físico, las relaciones con la familia, o la contaminación medioambiental, nos lleva por  un lado a relativizar la superioridad del hombre en la naturaleza, y por otro lado, a estar más atentos de los fenómenos interrelacionales, que generan el equilibrio cuerpo-mente-ambiente.

Han transcurrido los siglos, y todavía existe el eco de la afirmación del famoso médico y alquimista Paracelso, que decía que el universo entero está dentro del cuerpo, y a su vez, el organismo humano es una representación del cosmos. El concepto Cultura de la Salud, es el espíritu de una nueva perspectiva global, que analiza, discute y evidencia, todas las facetas del ser humano, para tratar de generar un bienestar total; no solo del individuo, sino del planeta en su conjunto.

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