Los grandes avances en la medicina, en la investigación y desarrollo e innovación, están ocasionando que la expectativa de vida de los ciudadanos occidentales haya aumentado exponencialmente. España, es uno de los paÃses del mundo, donde esta expectativa de vida es mayor, habiendo llegado a una edad media de unos 84 años, donde no solo se vive más, sino que la calidad de esa vida es mayor.
La mayor longevidad lleva pareja la cronificación de patologÃas que antes eran mortales, como algunos tipos de cáncer, SIDA o incluso insuficiencia renal o crónica. Este importante avance en la investigación y desarrollo, conlleva la aparición de nuevos arsenales de tratamiento que generan dianas terapéuticas especÃficas con menos efectos secundarios y mayor eficacia y efectividad.
Según las previsiones de la mayorÃa de los observatorios sanitarios, dentro de 10 años, 5 de cada 4 pacientes serán crónicos polimedicados y el presupuesto terapéutico aumentará por cinco, debido a que la mayorÃa de los pacientes serán polimedicados y con terapias innovadoras. Esto situará a las CCAA en presupuestos sanitarios de más del  50% del total.
Es por ello, que los sistemas sanitarios necesitan una reorientación hacia el manejo del paciente crónico y sobre todo al 5% de pacientes de alta complejidad que se encuentran en la cúspide de la pirámide de Káiser y que consumen el 75% de los recursos socio sanitarios.
Los sistemas sanitarios (atención primaria y hospitalaria), que están diseñados para atender a pacientes crónicos, deben de reorientarse en su diseño y gestión, para abordar los múltiples problemas de los individuos en su domicilio y es aquà donde la atención primaria y muy especialmente la enfermerÃa, deben de potenciarse, para ser capaces de superar los retos que la realidad social nos está deparando ya.
¿Seremos capaces de encontrar la vÃa y el punto de encuentro?. Nos compete a todos realizar un esfuerzo: polÃticos, gestores, profesionales y pacientes.