El día 13 de diciembre se celebró el día de Santa Lucía, patrona de la vista. Ese mismo día, apunté una noticia en el programa en el que colaboro “La mañana de RTVE” acerca del noble sentido de la vista, que me hizo reflexionar sobre el momento de evolución tecnológica y médica donde nos encontramos.
Cada día observamos un nuevo hallazgo científico, en torno a un mecanismo nuevo… en el cáncer, en las enfermedades neurodegenerativas, los genes…. En esta ocasión el hallazgo es el desarrollo que la Clínica Oftalmológica Barraquer está realizando en el tratamiento de la retinosis pigmentaria, una degeneración retiniana que deja ciego de por vida al que la padece. Pues bien, a través de una pequeña cámara en las gafas, se remite la imagen a un pequeño ordenador que porta el invidente, y desde este y de manera inalámbrica, se manda señales a un pequeño chip implantado en la retina enferma, que traduce esas señales y las trasmite al cerebro. El cerebro capta esas imágenes y de esa manera el paciente puede llegar a ver luz, bultos, siluetas…. En esencia, estamos resolviendo la ceguera.
De la misma manera, tenemos los implantes cocleares para la audición, los implantes medulares para la tetraplejia,… y un largo etcétera. Creo que la ciencia ficción es cada vez menos ficción y más realidad y en la próxima década, ahora que estamos acabando el año, el nuevo Golen habrá visto la luz, transformándose en un hombre biónico, donde las prótesis, complementos tecnológicos y materiales informáticos, formen parte de nuestro cuerpo.
Será cuestión de ir preparando una carta de Reyes Magos para un futuro más o menos inmediato, pidiendo un informático y un ingeniero de nanotecnología para nuestras consultas. Por eso, cada vez es más necesario acordarse de algunas reflexiones, muy bien traídas en estas fechas por Andru, en el hombre bicentenario.