Curiosamente, mientras que la salud es uno de los temas que más preocupan a los ciudadanos, nos encontramos con una gran desinformación en todo lo referente a temas de salud global y mucho más a información sobre estrategias de salud que debería implementar el propio ciudadano para conseguir estar más sano. Debido a ello y a que el ciudadano se encuentra con un gran desierto informativo, donde ni educadores, ni médicos, ni periodistas les damos claves sencillas, prácticas y sobretodo aplicables, recurren a otros recursos, como puede ser consultar en Internet acerca de estos temas y es aquí donde abrimos la caja de Pandora.
Uno de los más grandes inventos de este siglo, que es la red y la utilización de Internet para globalizar este vertiginoso mundo donde nos encontramos, se convierte en un gran pozo de información y desinformación, donde el ciudadano busca la solución a sus problemas y respuestas a sus preguntas, sin conocer la garantía y cualificación de las fuentes que consulta. Dentro de este gran cajón de sastre que es Internet y como sarcásticamente se denomina «Doctor Google«, hay de todo: páginas buenas, páginas profesionales y serias, y páginas realizadas por desaprensivos, que lo único que quieren es hacer negocio fácil a través de la salud de las personas.
No hace demasiado entrevisté a un paciente que había tenido un infarto de miocardio que retiró todo su tratamiento preventivo, pues le habían recomendado visitar una página de salud naturista, donde se decía que los fármacos para prevenir los eventos cardiovasculares eran nocivos para la salud, pues producían serios problemas de impotencia y daño hepático irreparable. Consultó una página Web que le recomendó un vecino suyo, y tras dejar de tomar las medicinas, al segundo mes tuvo un segundo infarto que le llevó a estar ingresado en la UCI del hospital casi dos meses. Salvó su vida, pero el gran infarto que tuvo le ha ocasionado una gran arritmia cardiaca y más complicaciones que las que tenía en un principio. Sin duda consultó la página no adecuada y sobredimensionó la información que allí figuraba por encima de la que todos los sanitarios le estuvimos dando durante varios meses. Es una cuestión de credibilidad y de información.
Esta situación debe ser afrontada, y somos los profesionales sanitarios los que tenemos que generar información sanitaria sobre cultura de la salud, sobre autocuidado, y establecer estrategias, junto con profesores y periodistas. Son nuestras Web las que tendrían que visitar nuestros pacientes y los ciudadanos en general, y porque no decirlo, también los chavales y jóvenes, pues son ellos los grandes usuarios de Internet, los mayores receptores de este tipo de información y materiales. Es una pena que las empresas de telefonía móvil no realicen acciones de cultura de la salud a través de sus terminales, al igual que realizan promociones de videojuegos y de politonos. Eso marca la insana sociedad en la que vivimos y la autentica valoración que damos a la salud.
Extraido del libro “El arte de ser médico”