“Vive la vida sin violencia, en medio de abundante alegría, aún cuando todos vociferen, cuando les venga en gana, aún cuando las fieras despedacen los pobres miembros de este compuesto amasado y engordado”.
Quien así escribe, lo hizo en su corta existencia del año 121-180 d.c., en medio de una tienda de campaña, en plena guerra con los pueblos germanos bárbaros. Era emperador de Roma y su nombre, con el que pasaría a la historia, Marco Aurelio, el emperador filósofo.
Durante el gobierno de Marco Aurelio, de origen español y para más señas sevillano, se produjo uno de los más prósperos momentos del Imperio Romano, su culmen, que posteriormente daría paso al declive de la cultura latina, con la caída del Imperio Romano. Marco Aurelio pasará a la historia no sólo como emperador, sino como uno de los más importantes filósofos estoicos latinos, junto con Séneca y Cicerón, y eso que sólo escribió, al final de su vida, pensamientos y reflexiones que fueron recopilados bajo el titulo: “Meditaciones”, que es el libro de lectura obligada que traigo al rincón de qué leer.
El pensamiento estoico, sobrio, adusto, propone una vida vivida con prudencia, justicia y amor a la verdad. Los «estoicos», cuyo nombre procede del término latino que hace alusión a «puente», por ser los primeros pensadores que enseñaban en la calle y debajo de un puente, promulgando una vida en el aquí y el ahora, relativizando la materia, el éxito y la riqueza.
Los estoicos divulgaban un ideal de vida sencillo, sin aspavientos, dedicado al bien común y social y, sobretodo, dedicados al estudio y recto juicio. Este pensamiento donde las pasiones no entran en juego y donde lo que más se valora es la virtud, bebe directamente del pensamiento Platónico y de Heráclito, e influye en el pensamiento Cristiano de una manera determinante. Hay muchos pensadores que ven determinadas similitudes con el pensamiento budista y sus teorías del «no apego» y el control de las pasiones y del deseo.
Marco Aurelio vivió su vida como un auténtico estoico, hasta que una infección le
arrebató la vida a las puertas de Viena, en sus campañas germanas. En la actualidad se suele tener una imagen falsa del emperador, traída de la mano de la película “Gladiador”, donde se relata la presencia en campaña del emperador y como éste muere bajo la mano de su hijo Cómodo. Esta distorsión histórica, alberga una realidad: la presencia del emperador en el campo de batalla bárbaro y la mezquindad de un hijo, llamado el “emperador gladiador”, por su gran afición a la lucha.
La historia nos muestra en muchas ocasiones cómo de grandes padres nacen hijos miserables. Si no véase el ejemplo del hijo mayor de Gandhi, que fue un malhechor, jugador y bebedor, para dolor de su progenitor.
Recomiendo vivamente leer atentamente a Marco Aurelio, pues su libro, es un texto de virtud, vigente como el primer día, lleno de profundidad y erudición, dentro de la simpleza de un hombre de Estado pragmático y lleno de amor a la verdad.