Hasta no hace mucho, el cómics era considerado un subgénero gráfico carente de importancia, y haciendo un símil comparativo, era considerado como hace 20 años el genero literario de terror o ciencia ficción. En los últimos años, grandes creadores y artistas del mundo de los cómics, como Herbé, Moebius y otros muchos, han elevado el género de los cómics al nivel de arte.
Dicho esto, en estas navidades, los Reyes Magos me han traído la oportunidad de disfrutar con unos cómics del artista catalán Max, publicado en una edición excelente por cúpula, y titulado “Vapor”. El autor narra las vicisitudes de Nicodemo, un moderno ciudadano que, hastiado del mundo alocado y vertiginoso, decide marchar a la soledad del desierto, para encontrarse a si mismo.
Como si de un antiguo anacoreta se tratara, y siguiendo los pasos de los ancestrales padres del desierto, marcha a la soledad inhóspita de las arenas. Max utiliza a lo largo de todos los cómics, un espléndido y sobrio blanco y negro, que realza la simplicidad de lo narrado. El trazo sencillo y la profundidad metafísica del texto, recuerdan a las historias de iniciación Zen, donde el individuo se enfrenta a su propio ser.
A lo largo del texto y como si fuera un moderno San Antonio, Nicodemo se enfrenta a sus miedos y a sus demonios. Solo su determinación y disciplina, le hacen comprender que todo en la vida es vapor, todo es efímero, todo pasa y nada queda…..porque recuerda: «caminante no hay camino, solo se hace camino al andar».