Uno de los textos mas queridos por mi, fue un modesto relato que humildemente escribí hace algunos años, y titulé “El camino de los héroes” y que incluí en un libro de relatos sobre experiencias en salud y enfermedad. Narra este texto, mi experiencia con un paciente de 14 años, llamado Israel, que me obligó a replantearme múltiples aspectos de mi profesión y de mi vida.
El título procede de la clara y nítida creencia de que los pacientes de cáncer y sus familias, y más concretamente, los pacientes infantiles, son verdaderos héroes, héroes anónimos que se enfrentan a la enfermedad y a su destino final, con la heroicidad y fortaleza de quien sabe que no hay tiempo para relativismos y pequeñeces.
Cuando falleció Israel, les regalé a sus padres un pequeño relato de la Dra. Elizabeth Kübler-Ross, que es todo un clásico, titulado “carta a un niño que va a morir de cáncer”. Se trata de un texto de Elizabeth a un niño que padecía la enfermedad y que, a su vez, le escribió una carta donde le preguntaba por qué él tenía que pasar por esta situación, por qué tenía que sufrir; y si moría, qué es lo que le ocurriría. La Dra. Ross, construyó una hermosa metáfora de la crisálida que se metamorfosea en bella mariposa, una metáfora sobre la transformación, en la que ella afronta las preguntas de su pequeño escritor con amor, cariño y siempre veraz.
Cuando entregué este relato a los padres de Israel, les comenté que debían ayudar a los padres que soportaban esta terrible vivencia que ellos habían transitado con dolor y angustia, que tendieran sus manos a otros. Nunca supe que hicieron, ni cuál fue su vida posterior, pues mis derroteros profesionales me llevaron a perder todo contacto.
Era el año 1992 y desconocía que tan sólo 3 años antes, la heroicidad de seis madres con hijos que padecían cáncer, había cristalizado en la fundación de la asociación ASION, para ayudar a los niños oncológicos y sus familias. Hace unos días asistí en calidad de invitado a la celebración de su 25 aniversario y allí públicamente y con emoción recordé a Israel y su testimonio de vida; y allí, mirando a los ojos a los padres de los niños con cáncer, les di mi palabra de que haría todo lo posible por ayudarles a mejorar sus condiciones de vida. Gracias ASION por vuestro trabajo y compromiso, nunca os abandonaremos.